sábado, 14 de agosto de 2021

Alta Ruta Pirenaica 41º etapa: De Oronoz-Mugaire al Puerto de Arritxulegui.

ARP 41º Etapa: Oronoz (Mugaire)-Suspiroko Lepoa-Sunbilla- Bustitz Lepoa-Mendieder-Sorano Lepoa-Ekaitza-Imintza-Ibintza Lepoa-Komizko Gaina Araina-Bordas de Baraxar-Izu-Pagolleta-Izurritzko Lepoa-Borda de Gatzin-Bianditz-Arritxulegui Lepoa-Aterpe Arritxulo. 

(6 de Agosto de 2021)

Datos Técnicos: 31 Km, 11 h de marcha con paradas, 1900 m de desnivel positivo, aproximadamente. 
Dificultad técnica: Baja.
Dureza: Alta
Podemos repostar agua en diversos puntos del camino, siendo suficiente acarrear un litro por si acaso. Concretamente en el Bustitz Lepoa y cerca de las Bordas de Baraxar (2 abrevaderos con fuente), además de varios arroyos por el camino. 

Penúltima etapa de la Alta Ruta Pirenaica (ARP), muy cerca ya del ansiado Cabo Higuer. Aclarar que se trata de una etapa larga, la de mayor longitud de la ARP, y con un desnivel acumulado más que notable, por lo que cabe catalogarla como de dureza alta, aunque no tiene dificultades técnicas. Sería razonable fraccionarla en dos etapas, ya que no es lo mismo hacerla en sentido Oeste-Este como la hace Gorka López que en el sentido contrario como la hicimos nosotros. 

La etapa la realizamos con lluvia intermitente y niebla, por lo que fuimos a ciegas casi todo el recorrido. No nos perdimos hasta casi el final, ya que los PR están muy mal balizados, a diferencia de los GR, por lo que el recorrido real del día fué en realidad de unos 4 Km, 2 horas y 200 m más de desnivel, es decir, una etapa de 35 Km, 13 h y 2100 m de desnivel. En el mapa detallo la ruta original y la que seguimos. En estos casos un GPS es impagable. 

Ruta original  en línea continua. En puntos el despiste por la niebla y el mal balizamiento. 


La primera parte de la etapa va desde Oronoz (Mugaire) hasta la pintoresca localidad de Sunbilla. Para evitar la carretera transcurre por los frondosos bosques de Señorío de Bertiz, ascendiendo hacia el Suspiroko Lepoa, es decir el collado del suspiro, para luego bajar hacia Sunbilla. Aclarar que la señalización puede inducir a error, al haber una montaña  llamada también Suspiroko o Suspiro. Es una ruta bastante frecuentada por su facilidad, cómodo acceso y belleza. Había llovido bastante y la niebla seguía envolviendo el paisaje. Otra opción hubiera sido seguir la vía verde del Tren Chiquito, un camino llano, rápido y directo. 

Vicente y nuestro fiel escudero Román dirigiéndose al parking del Señorío de Bertiz. 

Atravesando el  río Batzan. Pronto se unirá al Bidasoa y acabaremos en su estuario. 

Subiendo hacia el Suspiroko Lepoa (415 m).  Pasamos por una zona talada de castaños. 

Las hayas (Fagus selvatica) tienen un encanto especial. 

También los viejos castaños (Castanea sativa). 

Hay que mirar hacia todos los lados. También hacia arriba. 

Puente viejo sobre el Bidasoa, en Sunbilla. 

A continuación viene el ascenso más pronunciado de la etapa, ya que desde Sunbilla hasta el Bustiz Lepoa, al pie del Mendaur, todo es subida, con un desnivel unos 900 metros. El camino es de una belleza excepcional, transcurriendo por robledales y hayedos que nos trasladan a un mundo mágico, lleno de musgos y troncos retorcidos.  Sólo algunos rodales de roble americano mancillan la flora autóctona. La primera parte asciende por pistas asfaltadas que suben hasta diversos caseríos. 

Cruzamos el Bidasoa para pasar por encima de la vía verde del Tren Chiquito.  Seguiremos 
los carteles y las marcas de GR hacia el  Mendaur, por el centro de la localidad. 

El siempre fotogénico Aro común (Arum italicum), ya fructificado. 

Precioso ejemplar de roble pedunculado o aritza (Quercus ruber), 
carballo en Galicia. Es un árbol sagrado en la mitología celta. 
Imposible no postrarse ante tanta magnificiencia. 

Dejamos atrás los últimos caseríos. Guardemosles el debido respeto. 
Gracias a ellos se conservó ese patrimonio de todos que es el euskera.  

Abandonamos el duro asfalto para tomar acogedores caminos, por prados y senderos, eso sí, bastante embarrados. Es el precio, barato sin duda, que pagamos por contemplar ese verdor rutilante, casi exagerado por el día nublado y lluvioso que nos acompañaría hasta el final de la etapa.  Me parece que sobran los comentarios a pie de foto. No serían capaces de describir lo que contemplan nuestras retinas: una pincelada aislada en un grandioso cuadro de colores, matices y texturas. 










Alcanzamos una parte en que el camino llanea, atravesada por algunos arroyos de frescas y cristalinas aguas, aunque me llamó la atención, como podeís ver en la anterior fotografía, que habían curiosos bloques de conglomerados, sugestivos de rocas de tipo sedimentario. Alcanzamos una bonita borda, al pie de un haya monumental.  Luego tuve una muy agradable sorpresa. 

Magnífica fuente al pie del tronco de un gran aliso (Alnus glutinosa). 

Pequeña borda, protegida por el maternal cobijo del haya. 

¿Es posible lo que ven mis ojos?

Se trata de la llengua de bou, lengua de vaca ó tripaki argi (Hydnum repandum). 
Es un buen comestible, especialmente con pasta o con fideos a la cazuela. 

Al lado otro excelente comestible: rossinyol, rebozuelo ó cabrilla (Cantarellus cibarius). 
En euskera recibe diversos nombre según la zona. En el Baztan zizahori, 
aunque tiene nada menos que trece nombres más en euskera.  
 

El camino sigue ascendiendo suavemente por la ladera norte del Mendaur, por los mismos increíbles hayedos, hasta alcanzar un prado con dos bordas de pastores, en un paradisíaco lugar. Nuevamente me veo incapaz de poner un comentario que no desmerezca tan bello y mágico lugar. Vamos con una selección para no aburriros. 











Desde aquí hasta el Bustitz Lepoa el camino se endereza, para alcanzar los prados alpinos de las carenas, que seguiremos, con ocasionales hayedos, hasta prácticamente el final de la etapa. Justo antes del collado hay una fuente, en la que almorzamos, y en el mismo collado un menhir, entre el Mendaur y el Mendieder. 

Tramo de subida hasta el Bustitz Lepoa.  

Magnífica fuente bajo el Mendaur, justo antes de llegar al Bustitz Lepoa, 

Empezamos la ruta megalitica de esta etapa con este menhir, mirando  hacia
el Mendieder (1074 m) desde el Bustitz Lepoa (932 m). Desgraciadamente
algún cretino ha grabado recientemente una cruz, una fecha y el nombre 
del collado. ¿Que diría si hicieran lo mismo en la fachada de su casa? 

Afortunadamente, mirando hacia el Mendaur (1130 m)
el menhir conserva su estructura original. Una
desdibujada pista sube hasta la ermita. 

Cima del Mendaur entre la niebla, observándose tenuamente 
la silueta de la Ermita de la Trinidad. 

Desde el Bustitz Lepoa una corta y rápida subida dirección Oeste nos lleva hasta la cima del Mendieder. Seguiremos careneando dirección Oeste hasta el Imintza, ascendiendo a diversas cotas y pasando por varios collados, casi todo ellos llenos de las odiosas palomeras. La niebla era muy espesa y nuestra preocupación era no perder la carena y no pasarnos del Imintza, ya que aquí la ARP gira en ángulo recto hacia el Norte. 

Vicente llegando a la cima del Mendieder. 

Desde la cima del Mendieder hacia el Oeste la carena que seguiremos fielmente. 

En ocasiones la niebla se abre y podemos ver, hacia el Sur, el vacío embalse de Mendaur. 

Nuestra única compañía son los rebaños de ovejas y algunos caballos. 

Mirando atrás, hacia el Este, el Bustitz Lepoa y el Mendaur. 

Por un instante pareció que iba a despejar. 

Camino de la siguiente cota, el Ekaitza. 

Pasamos por el Sorano Lepoa (950 m).  

Nos pareció  un dolmen, aunque no estaba señalizado. 

Toca ahora afrontar un ascenso de unos 100m hasta el Ekaitza. 

Parece mentira que pueda quemar algo, con lo mojado que estaba todo. 

Otra carena secundaria sale de la cima del Ekaitza hacia el Norte. 
Todavía no hemos llegado a la que debemos seguir. 

Cima del Ekaitza (1046 m). Lástima de la niebla. 

Seguimos por la carena, para no extraviarnos, hacia el Imintza. 

Me encantó esta imagen, llegando al Imintza, con el camino entre los 
brezos. Enseguida, al llegar a un prado justo antes de la cima, 
giraremos 90º hacia el Norte bajando al Ibintza Lepoa. 

En el Ibintza Lepoa hay un cromlech, afortunadamente con el lugar y la cota bien indicados. 
Una pista pasa por debajo de la carena y no la seguimos para no perder la orientación. 


Desde el Ibintza Lepoa una corta ascensión nos llevó hasta el Komizko Gaina Araina. Aclarar que Araina es Araña, que es como llama al pico Gorka López.  Desde la cima salen dos carenas dirección Norte. La principal sigue un recorrido megalitico y es la que no debe seguirse, en suave descenso dirección Noroeste. La secundaria se toma tras bajar de golpe de la cima unos 150 m, junto a un abrevadero y es la que debe seguirse hacia las Bordas de Baraxar, siguiendo una orientación Norte. Al no ver ningún camino seguimos la carena principal hasta que al no ver ni abrevaderos ni bordas e intuir en la niebla la otra carena nos dimos cuenta del error. 

Vicente en la cima del Komizko Gaina Araina (1035 m). 
Será la última cota de más de 1000 m de la ARP. 

Parece mentira lo que engorda la hierba. 

Siguiendo la carena equivocada. Ha sido el primer fallo de orientación que recuerdo de la ARP. 

Tras 2 Km de bajada nos damos cuenta que no estamos en 
el lugar correcto.  La cima es el Belzunzako-Arrid (921 m). 

Tenemos que desandar lo andado y volver a la cima del Komizko Gaina Araina. Desde aquí bajamos por una empinada ladera dirección Noreste, ayudados por Google Maps, que nos marcaba una fuente, y por los balidos de un rebaño de cabras, que supuse que estaban en el abrevadero. Acertamos y llegamos a un primer abrevadero, al que llega una pista que seguirá la carena dirección Norte. Aprovechamos para comer en su fuente, incordiados por las cabras. 

Las cabras esperando a ver si caía algo. Una se comió la piel del plátano de Vicente. 

Reconfortados tras comer y recuperar el camino correcto seguimos por la pista que lleva a un segundo abrevadero con fuente y las Bordas de Baraxar. Seguiremos ahora un PR (PR NA 10 en el mapa de Sua), poco balizado, por lo que frecuentemente sigues la carena, ya que el camino es más ancho, para acceder a las numerosa palomeras. Llega hasta el pie del Izu, que evita por el lado izquierdo. Paramos unos instantes para picar algo y beber agua. 

Borda de Martxepen.

La estampa es de lo más bucólico

El colorido de los brezos es increíble. 

Como también el del rebozuelo o rossinyol. 

Seguimos por la carena. El PR queda por debajo y a la izquierda. 

Esta haya me llamó la atención. Parece un bárbol del Señor de los Anillos con la boca abierta. 

En blanco y negro también queda muy bien. 

Por la carena hacia las bordas de Baraxar, que no llegamos a ver. 

Estaba repleto de palomeras, con su número correspondiente. 

Hace ya rato que los bosques han ganado la partida a los prados. 

El PR NA 10 evita el Izu, que queda a la derecha. 

Descansando al pie del Izu. La cima está a escasos 5 minutos, entre los helechos. 

Desde el pie del Izu giramos marcadamente a la derecha, para bordearlo por su ladera Norte, por un bosque de coníferas exóticas, siguiendo el PR NA 125 según el mapa de Sua. Aclarar que el nombre de los PR y a veces de los GR no coincide en ocasiones entre el mapa de Sua y los postes indicadores, induciendo a confusión. Otra dificultad añadida. La ruta bordea el Pagolleta y el Almendruriz por la izquierda, hasta llegar al Izurtitzo Lepoa, adonde llega una pista desde el lado Este. Volvemos a bordear el Bidango Gaina por la izquierda hasta llegar a la Borda de Gatzin. 

El paraíso de los hongos. 

Volvemos a cruzar por hayedos monumentales. 

El que más os guste

La niebla nos sigue impidiendo orientarnos. 

Maltrecho pero monumental tejo (Taxus bacatta)

Seguimos más o menos por la carena para no despistarnos. 

Los helechos invaden los prados. 

Pasamos junto a dos monumentales acebos (Ilex aquifolium). 

En la Borda de Gatzin se nos complicó la jornada al no haber visibilidad. El camino sigue careneando hasta la cima del Bianditz, pero las marcas del PR NA 11 que deberíamos haber seguido son inexistentes y el camino se pierde, seguramente desdibujado por los helechos y la ampliación del camino hasta unos cromlechs. Lástima porque era apenas 1 Km por la carena.  Seguimos equivocadamente el PR GI 1007 que al inicio lleva una dirección similar y son las únicas marcas que encontramos.  Cuando llegamos al parking de Eskas y la carretera tuvimos que remontar hasta el collado y seguir las marcas del GR, ahora sí perfectamente balizado, hacia el Bianditz y el Arritxulegui Lepoa.  Optamos por el camino bien marcado del GR, aunque llegásemos de noche, ya que la alternativa de bajar por la carretera (desierta por cierto) y tomar un taxi era peor.  Hicimos este tramo en un tiempo record para llegar con luz. Tal era mi cabreo que no hice fotos hasta el final. Estábamos tan cansados que cenamos un poco de pan, embutido y queso y nos fuimos a dormir, aunque con la satisfacción de haber completado la etapa. 

Mirando atrás el Errenga (786 m), que sorteamos por la izquierda en el sentido de la marcha. 

Último repecho de la larga y dura jornada. 

Por fin vemos el  Arritxulegui Lepoa (480 m) y al fondo, entre la niebla, las mágicas
peñas de Aiako Harria (832 m), a las que subiremos en la última etapa. 



Enlace a la etapa siguiente: de Aterpe Arritxulo a Cabo Híguer. Pinchar aquí. 

Enlace a la etapa anterior: del Puerto de Urkiaga a Oronoz-Mugaire. Pinchar aquí. 





Indice de etapas y anexos


Pirineo Oriental























Pirineo Central


















Pirineo Occidental










Apéndices











Entrada Final. 

















































































4 comentarios:

  1. Tot això és com un somni! Gràcies per compartir-ho.

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  2. Hola compañero,
    Gracias por compartir tus andanzas y deleitarnos con las imágenes. Sabes que tienes nuestro reconocimiento y admiración familiar.
    Saludos
    Salvador

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  3. Un placer Salvador...estos hayedos se pueden visitar sin problemas, ya que una pista asfaltada sube hasta el pie. Te lo aconsejo.

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