domingo, 29 de agosto de 2021

Alta Ruta Pirenaica 42º etapa: Del Puerto de Arritxulegui al Cabo Híguer (Ultima etapa).

ARP 42º Etapa: Arritxulegui Lepoa-Erroilbide (Aiako Harria)-Aizpegieta-Otzarteko Lepoa-Soroeta-San Martzial-Irún-Hondarribia-Cabo Híguer 

(7 de Agosto de 2021)

Datos Técnicos: 22 Km, 9 h de marcha con paradas, 600 m de desnivel positivo, aproximadamente. 
Dificultad técnica: Media.
Dureza: Baja
A partir de la segunda parte del camino podemos conseguir agua sin problemas, por lo que no es preciso acarrearla en exceso

Por fin llegamos al ansiado Cabo Higuer, con el aliciente de subir al pico culminante de las peñas de Aiako Harria. Atrás quedan poco más de 40 etapas, del Atlántico al Mediterráneo, madrugones, etapas que finalizábamos de noche, a veces cansancio, pero sobre todo la satisfacción de superar un reto personal. En mi caso con el recuerdo hace casi 40 años de haber hecho las etapas de la Alta Ruta Pirenaica (ARP) del pirineo oscense. 

Empezamos un trío de cincuentones (por eso se llamaba altarutapirenaica3-50) y la acabamos dos con más de 60 años (Vicente y un servidor). La primera parte la hicimos con mi hermano Gabriel (otro cincuentón) y a la segunda parte se unió Maite, algo más joven que nosotros. Afortunadamente con la edad no se pierde resistencia, que es lo que cuenta. Mis recuerdos también para los que hicieron alguna etapa, como David, y a los que nos llevaron o recogieron en algunas etapas, como Román y especialmente Assumpta. Santa paciencia que tuvieron. 

Es de justicia volver a recordar al creador de la ARP, nuestro querido Georges Vèron al llegar al Cabo Híguer, aunque su ARP en general suele ir más al Norte, pasando por ejemplo en la última etapa por el urbanizado monte Larrun. Hemos tenido más tendencia a seguir las etapas de la ARP de Gorka López, aunque en ocasiones hemos optado por un trazado intermedio entre los dos. Lo bonito de la ARP es que al no estar balizada te obliga a elegir diversos trazados e incluso a improvisar sobre la marcha, aunque en ocasiones coincidimos con el GR11 y el GR10.  

Aclarar que al no realizar la ARP de un tirón hemos evitado etapas cortas de transición y nos han salido menos etapas que a Gorka Lopez (46) y una más que a Vèron (41). La dureza es intermedia entre los dos trazados, ya que no hacemos tantos picos como Gorka López, aunque seguramente el desnivel es similar, ya que al realizarla en bloques de 2-3 días teníamos que ascender hasta el punto donde la habíamos dejado. Todo esto lo sabremos cuando incluya un apéndice con datos estadísticos. 

La última etapa siempre tiene un aliciente especial, aunque hay que aclarar que, al igual que el GR11, con la que coincide en la segunda parte, se hace un poco pesada por el asfalto de Irún y Hondarribia. Afortunadamente la cercanía del Cabo Híguer nos da renovados bríos y hace que nos olvidemos del dolor de nuestros cansados pies. Las jornadas anteriores fueron muy lluviosas y la peñas de Aiako Harria rezumaban agua, por lo que optamos por subir sólo al Erroilbide, punto más alto, en vez de hacer el tridente de las tres cimas como hace Gorka López, al tener pasos de roca algo delicados. 


Salimos temprano del Arritxulegui Lepoa, siguiendo las marcas de GR. El camino gira hacia la izquierda y se bifurca enseguida: recto bordea Aiako Harria por la izquierda, siguiendo las marcas de GR,  hasta llegar al parking de la carretera en el Elurretxeko Lepoa y a la derecha con puntos rojos sube a las peñas de Aiako Harria, que es el que seguiremos hasta el Erroilbide, tras subir unos 400 m de desnivel. 

Saliendo del Arritxulegui Lepoa (480 m), siguiendo las marcas de GR.  
A la izquierda el Larraburuarrieta (575 m), que bordearemos por la 
izquierda también, y a la derecha el Enarri (679 m). 

Directos hacia el Larraburuarrieta.  

Siempre me han encantado estas cercas de madera. 

Aunque no lo parezca, se trata de una planta carnívora. Se trata de la grasilla, viola d'aigua o
 mokobedar en euskera (Pinguecula vulgaris), habitante de zonas encharcadas. 

Pasamos los contrafuertes del Larraburuarrieta. 


Dejamos el GR y giramos a la derecha hacia 
las cumbres. Un cartel de madera lo indica. 

El camino es escarpado y chorrea agua por todas partes. 

Se trata de un pinetell de calceta o boleto anillado (Suillus luteus), comestible aceptable.  
En euskera se llama pinudi-onddo likin y suele preceder a los sabrosos lactarius


Desde el Enarri vemos perfectamente el final de la etapa: el Cabo Híguer y la Txingudiko 
Badia, que separa Irún y Hondarribia a la izquierda de Hendaya a la derecha. 

También vemos al fondo  Donostia, con la bahía de la Concha y entre el Igueldo Mendía 
y el Ulia Mendia la isla de Santa Klara. A la derecha la loma del Jaizkibel.   

También desde el Enarri vemos perfectamente el camino que seguimos ayer, desde 
el Bianditz (844 m) a la derecha, hasta el Errenga (786 m) a la izquierda. 
Debajo en diagonal la pista que baja al Arritxulegui Lepoa. 

Mirando al Este las montañas navarras de donde venimos. 

Ampliando la imagen al fondo el Orhi (2019 m), por el que pasamos. 
Que placer reconocer en la lejanía estos lugares. 

Alcanzamos una ancha loma. Al fondo ya vemos el verdadero relieve de Aiako Harria. 

Cruzando entre pinos exóticos. 

En el centro la máxima cota, el Erroilbide (832 m). A la derecha el Arrisoro (762 m). 
El camino asciende bordeando la cara Oeste del Erroilbide, ascendiendo por detrás. 

Nuestro final un poquito mas cerca. Irún a la izquierda, el aeropuerto que separa de 
Hondarribia y al final nuestro finisterre particular: el Cabo Híguer. 

A los mediterráneos nunca deja de sorprendernos la verdor de estos paisajes. 

La vista de la cara  Oeste de Aiako Harria es espectacular. Un chico que subía con sus 
dos perros nos explicó con detalle el camino. Sus chuchos subían sin problemas. 

Para llegar al Erroilbide hay que trepar un poquito.  
Estaba muy mojado y había que prestar atención. 

Vicente llegado al punto culminante de Aiako Harria: el Erroilbide. 

Vale la pena parar unos instantes y contemplar el fantástico paisaje desde el Erroilbide. Desde la cima contemplamos las otras dos puntas principales de Aiako Harria, con montañeros en sus cumbres. Optamos por no subirlas dado que el terreno estaba muy mojado. Seguramente hubiera sido la opción más razonable y rápida ya que el supuesto camino desde la base del Erroilbide hacia Eizpegieta era prácticamente irreconocible. 

Panorámica hacia el Este. 

En primer término el Kopako Harria (596 m) y al fondo a la izquierda el Larrun (905 m). 

Detalle del embalse de San Antón (San Antongo Urtegia), 
 por donde pasamos hace años al hacer el GR11. 

Panorámica hacia el Noroeste. 

Loma desde el Enarri por la que hemos subido, bordeando por la derecha de la imagen. 

Panorámica hacia el Norte-Noreste. 

El cabo Híguer con las peñas de Aiako Harria en primer término. 

Estas peñas amontonadas a la vista del Cantábrico nos recuerdan, como me ha señalado ese magnífico pajarero llamado Peña para los amigos, que quizás la diosa Pyrene hundió sus trenzas en un mar inmenso porque quería saber adonde Neptuno había ocultado las crestas de sus amadas montañas. 

Desde el Erroilbide el resto de la peñas de Aiako Harria. 

Detalle de las otras dos cotas principales. A la izquierda el Irumugarrieta (810 m)
y a la derecha el Txurrumurru (821 m), los dos con montañeros en su cima.

Vicente en el Erroilbide, última cima de la ARP. Digno colofón sin duda alguna. 

Comentar que Aiako Harria es un macizo palozoico muy especial, ya que es de naturaleza granítica, tratándose del único de Euskadi, en que las rocas sedimentarias son la mayoría.  Desde tiempos ancestrales tuvo explotaciones mineras y tiene una alta pluviometría, superior a los 2200 mm anuales. Este macizo esta lleno de leyendas. Las mas fantasiosas son las que atribuyen a Sansón o Roldán el lanzamiento de las piedras de sus cimas. La mas divertida es la de unos duendecillos llamados intsixu que acostumbran a realizar pequeñas travesuras. Me recordó a otros duendecillos traviesos del Pallars catalán, los minairons. Seguramente la leyenda es de origen común. Al fin y al cabo el euskera parece que era la lengua original de los habitantes del Pirineo. Muchos topónimos,sobre todo en el Pallars y la Cerdanya han perdurado. 

Teóricamente un sendero baja desde el pie del Erroilbide dirección Noroeste hacia Aizpegieta y el GR12. Lo cierto es que es una ladera de helechos con alguna traza de camino, más propia de jabalíes y corzos que de caminantes. Sólo al final topamos con algo parecido a un desdibujado camino, desde el que llegamos al PR G 1010, que lleva hasta  la carretera y el GR12. Perdimos 1,5 h en realizar un trayecto que por un camino normal no hubiera tardado mas de 45 minutos. Si el dia esta seco mejor subir al resto de Peñas de Aiako Harria. 

Bajando del Erroilbide por un camino desdibujado y muy
empinado. Resbalamos en más de una ocasión. 

Dedalera o digital (Digitalis purpurea). En euskera kukuprakak. 
Es una planta muy tóxica y su principio activo, la digitalina, 
se sigue usando desde hace siglos en medicina. 

Seguimos bajando, con el pantano de San Antón cada vez más cerca. 

Por fin encontramos un desdibujado sendero, que sigue un antiguo 
cercado en la dirección correcta. Se pierde en varias ocasiones. 

Las peñas de Aiako Harria ya se han cubierto de niebla de nuevo. 
Tuvimos suerte de pillar unas horas despejadas. 

Alcanzamos el PR que lleva hacia la carretera y el GR12.  Un vasco, que 
veraneaba en Girona por cierto,  nos explicó la ruta a seguir. 

Alcanzada la carretera tomamos en Aizpegieta hacia la derecha el GR12, que luego se une al GR11, evitando la carretera, para recorrer la loma hacia el Erlaitz y luego bajar hacia Sant Martzial. El camino está bien balizado y ya lo conocía bien del GR11, por caminos y pistas por bosques de lo más variopinto: pinos, robles, robles americanos y castaños. Aprovechamos para comer en una de las zonas con mesas, justo pasada la Piedra del Desertor. Para mi fué un reencuentro con la última etapa del GR11. 

Siguiendo el GR12 para reencontrarme con el GR11. 

Coincidimos con la carretera en el Otzarteko Lepoa. 

Pasamos por uno de los familiares merenderos. Lo recordaba muy bien. 

A buen ritmo, con ganas de llegar a Cabo Híguer. 

Abandonamos definitivamente la carretera en Soroeta. En primer término vemos
la Piedra del Desertor y entre la niebla Aiako Harria. Esta piedra se instaló en 
1763, cerca del Fuerte de Erlaitz, para evitar las frecuentes deserciones. 
En ella reza: Desde aquí la deserción tiene pena de la vida

Empezamos a bajar hacia San Martzial por pistas entre bosques. 
Recuerdo muy bien este hermoso caserío, con una magníficas
 hortensias, aunque ya no tenía una divertida figura. 

La última subida digna de llamarse así de la ARP. 

El urbanizado entorno alrededor de San Martzial. 

Se acaba la bajada y llegamos a las afueras de Irún. Volvemos a ver el Cabo Híguer. 

Al llegar a Irún se pierden las marcas del GR11 y hay que buscarse la vida, tirando de Google Maps. Fuimos a buscar la avenida principal de Irún, que se continúa por la carretera a Hondarribia, dejando a la derecha el aeropuerto. Paramos a tomar una merecida cerveza al final de Irún, antes de cruzar Hondarribia, la playa de Hondarribia y la Cofradía de Pescadores, ya con el cabo Híguer a la vista. 

Mural con perspectiva en Irún. 

Llegando a Hondarribia, preciosa ciudad fortificada. 

Tenemos los pies molidos, pero el Cabo Híguer nos llama. 

Playa de Hondarribia. Al fondo a la izquierda se ve un punto blanco que es San Martzial
 y a la derecha Aiako Harria. Hemos recorrido toda esa larga carena. 

Texturas en el mar. Queda un poco cutre, pero es fotogénico. 

Pasamos la Cofradía de Pescadores y una corta subida, una tachuela en el camino, 
nos llevará hasta un estrecho sendero que lleva al Cabo Híguer. 

Enfrente la Punta de Santa Ana, en Hendaya. A la derecha el Castillo.

Unos pocos pasos nos separan de nuestro destino final. Ya no importa que tengamos los pies con ampollas, los 35 Km de la jornada de ayer, las 41 etapas anteriores con jornadas maratonianas o algunos días en que el cansancio te desanimaba. Sólo cuenta que hemos cruzado los Pirineos, nuestras montañas más queridas, de mar a mar, del  viejo Mediterráneo al bravo Atlántico, por su filo más delgado. Si el GR11 era "Un Pas al Cel" la ARP es un camino "Entre el Cielo y la Tierra". 

Dejamos el asfalto para tomar el último camino de la ARP. 

Casi tocamos ya el mojón del cabo Híguer. 

Es un camino estrecho y muy agradable. 

Y además lleno de texturas. Que más se puede pedir. 

El final del largo camino de la ARP: Cabo Híguer.

Si Vicente: por fin hemos llegado. 

Como no podía ser menos una última trepada nos conduce al mojón. 

Vicente en el final de este camino. Nuevos retos nos esperarán. 

Ahora le toca a un servidor. 

Seis años antes, al acabar el GR11. 

Mirando hacia el Amuitz. 

Aquí se acaba nuestro viaje. 

Los brezos atemperan a este bravo oceáno. 

Mirando al Sur el Larrun y Hendaya. 

Y como no el faro del Cabo Híguer. 

Sólo me queda describir un ritual que se inició el 28 de Mayo de 2016, cinco años antes, al iniciar la ARP en Portbou. Recogí un poco de agua del Mediterráneo, con la intención de mezclarla con la del Atlántico al acabar la ARP. No se si he cometido algún atentado ecológico, aunque más hacen los barcos sin ningún control. Acabo esta última etapa con una bonitas texturas del Cabo Híguer. Aún quedan los apéndices de la ARP. 

De Portbou...

Al cabo Higuer. Ya subirá la marea. 








7 de Agosto de 2021, tras 42 etapas y seis años
acabamos la Alta Ruta Pirenaica

"Entre el Cielo y la Tierra"



Enlace a la etapa anterior: de Oronoz-Mugaire al Puerto de Arritxulegui. Pinchar aquí. 




Indice de etapas y anexos


Pirineo Oriental























Pirineo Central


















Pirineo Occidental










Apéndices











Entrada Final. 





 

4 comentarios: