lunes, 22 de noviembre de 2021

Apéndice 3: Flora de la Alta Ruta Pirenaica

Alta Ruta Pirenaica. Apéndice 3: La plantas de la ARP. 


Creo que es uno de los apéndices de la Alta Ruta Pirenaica (ARP) que más disfrutareís. Poder ver e identificar a la flora y fauna de la ARP es un placer sobreañadido al de la ruta. No todo son picos, rocas, rios y valles. Repasaremos parte de la variada flora que hemos podido disfrutar a lo largo de la ARP. Variada porque hemos pasado del monte mediterráneo a la alta montaña, recorriendo casi todos los biotipos vegetales europeos, como si hiciéramos un viaje de Norte a Sur, desde el mediterráneo hasta casi la tundra ártica, aunque el viaje sea en realidad de Este a Oeste. 

Un motivo más para entender que el horario de nuestras etapas sea superior  a los las otras ARP. No concibo hacer una ARP sin detenerse a contemplar las jaras, acariciar las aromáticas y disfrutar de su fragancia, ver las flores del roquedo aferradas a las piedras, disfrutar de las raras y preciadas orquídeas,  contemplar la majestuosidad de los hayedos o embelesarnos con los colores del bosque otoñal. 

Mis conocimientos botánicos son limitados y os agradeceré que me comenteís los seguros errores que cometo. Afortunadamente hay algunas APP que ayudan mucho, como la que he usado (PlantNet). En otras ocasiones he recorrido a la magnifica Guia Flores de Europa de Sphon Margot de la Editorial Omega, muy practica ya que el lomo tiene el color de la flor. Además  te da los nombres en varios idiomas y te explica las aplicaciones populares. 

La clasificación es bastante arbitraria. No obstante, es complicado porque frecuentemente las especies se entremezclan en biotopos distintos. En todo caso es sólo una pequeña pincelada de la variada flora pirenaica. Muchas especies se me han escapado, en ocasiones por no pasar en el momento preciso al hacer la ARP, como por ejemplo el Galanthus nivalis o la edelweiss. Queda para próximas repeticiones de la ARP.  En todo caso, os aconsejo complementar esta entrada con la de la Flora del GR11, donde podreís ver más especies que no vimos en la ARP, sea por el diferente trazado o por otros motivos. Todas las fotos están realizadas durante la realización de la ARP. 



Hongos, líquenes y musgos. 

Tengo que confesar que me ha costado en varias ocasiones no parar a coger setas, hongos o bolets, como buen catalán que soy. La racionalidad se impuso al impulso atávico de recolectar, sobre todo porque llegarían a su destino rotos en pedazos. Mejor que los  recojan otros para que disfruten. En algunos casos sólo pongo el nombre en catalán porque frecuentemente no existe en castellano o no lo conozco. Empezamos con los hongos comestibles, para, por así decirlo, ir abriendo boca en esta entrada. 

Llengua de bou, lengua de vaca ó tripaki argi (Hydnum repandum). Es un excelente comestible
y además no se pudre o llena de gusanos. En casa los hacemos con fideos y costilla de cerdo. 

Una de las setas más apreciadas y recolectadas en toda Europa. Se trata del rossinyol, rebozuelo 
ó cabrilla (Cantarellus cibarius). En euskera tiene tantos nombres, según la comarca, que sería
interminable ponerlos (más de una docena). Excelente comestible y además se seca bien. Se
hace en revuelto, con carne, en risottos...A mi me gusta sobre todo con pasta fresca. 

Detalle de tan bonita seta. Además, como en el caso anterior, no se llena de gusanos. 

Muy apreciada en Catalunya es la senderuela o camasec (Marasmius 
oreades). En castellano el nombre hace alusión a que corre haciendo
 senderos. De hecho en catalán también se llaman carreretes por ello. 

Detalle de esta pequeña seta. Se seca muy bien y se suele vender así, para aromatizar
el típico fricandó con carne de ternera. Fresco en tortilla es excelente. Cada 
vez es más escaso en Catalunya ya que está muy ligado al ganado ovino. 

Pinetell de calceta o boleto anillado (Suillus luteus). Comestible aceptable 
en mezcla o barrejaHay que eliminar la cutícula de encima.  

Hasta encontramos algún níscalo o rovelló (Lactarius deliciosus), algo reseco. Muy  apreciado
en Catalunya, especialmente a la brasa o a la plancha y con carnes. Personalmente
me gusta mucho como "verdura" de un sencillo arroz de montaña. 


A continuación os pongo algunas especies que si son comestibles son de menor calidad, aunque alguna como el pet de llop dicen que es aceptable cuando se trata de ejemplares jóvenes.  En algún caso, como el pebràs, la calidad culinaria depende del lugar donde se recoje, supongo que por el tipo de sustrato en que crece el hongo, que puede picar o no. 

Pebràs (Russula delica). Cuando no pican son un buen comestible. 

Pet de llop (Lycoperdon pratense).  Pueden llegar a ser enormes. 

Abró (Leccinum rufum). Sería como un boletus de bajo valor culinario. 

A continuación ejemplos de hongos absolutamente incomestibles, sea porque son tóxicos o porque son coriáceos. No obstante, en algunos casos no están desprovistos de utilidad. Este es el caso de los yesqueros, hongos utilizados desde tiempos ancestrales para hacer yesca, material fácilmente inflamable, incluso con unas chispas de pedernal. 

Precioso yesquero en Belagua. Desconozco la especie. 

Estos otros yesqueros en Les Alberes eran enormes. 

En concreto este parece un animal, con un ojo y párpado bien definidos. 

Otro bonito yesquero en Navarra, encima del puente de La Cuestión. 

Esta otra especie de yesquero estaba sobre un pino negro. 

Precioso racimo sobre un tronco de abedul. Desconozco la especie. 

De nuevo sobre un abedul este blancuzco hongo. 

Esta es inconfundible: falo hediondo (Phallus impudicus). 
No hace falta explicar lo que significa su nombre. 


Acabamos esta primera sección con los musgos y líquenes. Os tengo que confesar que, supongo que como a casi todos, me encanta la mullidez de los primeros. Cuantas veces hundimos nuestros dedos en su húmedo abrazo. De los líquenes me encantan sus colores. Siempre me ha maravillado además esa capacidad para sobrevivir en las frías y duras rocas. De alguna manera les dan alegría, además de color. En estos casos soy incapaz de identificar las especies. 

Estos cojines son en realidad rocas tapizadas por musgos en el hayedo.  

Como un delta fluvial o una colada de lava, los musgos colonizan la roca, 
sirviendo de sustrato a plantas rupícolas e incluso a unos ranúnculos.  

Estos musgos son una auténtica plaga de verdor. 

En este caso vemos juntos a musgos y líquenes.  

De manera similar a esta invadida rama en un hayedo navarro 

Líquenes sobre las piedras de una ermita en Roncesvalles. 

Me encantaron estos líquenes sobre esta corola de flores. Era de lo más curioso. 

Líquenes sobre las pizarras del Sallafort. 

No es un hongo, un musgo ni un liquen, pero al ser una planta parásita
sin clorofila la pongo en este apartado. Se trata de un  
orobanche o frare (Orobanche spp). 



Helechos. 

Estas primitivas plantas sin flores son una de mis debilidades botánicas. Me encanta la forma de sus hojas, el delicado encaje de sus esporangios y sus colores en otoño. Existen desde centenares de millones de años en el planeta, cuando eran alimento de los dinosaurios.  Incluso son símbolo de Nueva Zelanda. Bien por las antípodas. 

Helechos en otoño colonizando una tartera. 

Tapizando los prados en el Pirineo Navarro. Al fondo el Orhi. 

Y como no,  al final de la ARP en el Cabo Híguer. 

Seguramente es una falguera mascle (Dryopteris filix-mas)

Detalle del colorido otoñal de esta especie. 

Creo que es una falzia negra (Asplenium adiantum-nigrum). 

Posiblemente sea un Asplenium ruta-muraria. 

Se trata de un helecho raro de ver: Blechnum spicant


Coníferas, tejos y acebos. 

Se trata de arboles y arbustos de hojas aciculares, agudas, que resisten muy bien el frio. Dominan los estratos alpinos y subalpinos y parte de los bosques mediterráneos.  Arriba del todo, soportanto las mas bajas temperaturas el pino negro ó pi negre (Pinus uncinata). Proporcionan alimento a muchos animales y, sobre todo para mi, están asociados a algunas de las setas más apreciadas. Vereís que en ocasiones hemos pasado por lugares con especies alóctonas. Empezamos con las dos coníferas más comunes, que son el pino negro y el pino silvestre o pi roig (Pinus sylvestris). 

El hábitat del pino negro. Por encima de él sólo los prados alpinos y las cumbres.  

Algunos ejemplares, con sus troncos retorcidos, son especialmente bonitos. 

Otros tienen un aspecto fantasmagórico. Seguramente un rayo causó su muerte. 

Los dos pinos típicos del Pirineo. A la izquierda el pino silvestre y a la derecha el pino negro. 

Ahora en versión bonsai, junto a un abedul. 

Los ejemplares que crecen en claros tienen un porte magnífico. 

Estos pinos están al lado del refugio de Wallon. 
Son los más bonitos que he visto en Pirineos. 

Se entiende el nombre en catalán: Pi roig

En ocasiones adoptan curiosas formas. Éste parece un tirachinas. 

Otras veces se bifurcan en varias ramas desde el suelo. 

Como en el caso del ya muerto Pi de les Tres Branques de
Castellar del Riu, símbolo del Països Catalans. 

La otra conífera más frecuente en Pirineos es el abeto blanco (Abies alba). Ocupa en general las menos soleadas y húmedas laderas orientadas al Norte, en ocasiones formado bosques espesos, llamados avetoses en catalán. Por desgracia, cada vez serán menos frecuente con el cambio climático. Una lástima, ya que son bosques llenos de magia y encanto. 

Se entiende perfectamente el porqué de su nombre. 

Detalle de su bonito tronco. 

A continuación dos especies especialmente bonitas. Me refiero al acebo o boix grèvol  (Ilex aquifolium) y al tejo o teix (Taxus baccata). Los primeros se usaban como adorno en Navidad, pero están mucho mejor en la naturaleza dando alimento a las aves en invierno, como el urogallo. Los segundos son árboles de gran interés, tóxicos menos el fruto, pero que han originado toda una familia de fármacos contra el cáncer, los taxoides. 

Dos ejemplares gemelos de acebo en Navarra. 

Increíble: un bosque de acebos en Les Alberes. Fijaros en los troncos. No daba
crédito. Hay incluso bosques de tejos, pero nunca oí hablar de uno de acebos. 

Estos otros acebos estaban curiosamente "podados" por las vacas de Les Alberes. 

Detalle de las hojas del acebo. 

Magnífico ejemplar de tejo navarro. 

Increíble tejo con forme de perro en el Sallafort. 

El resto de especies que detallaré son especies alóctonas, que se han plantado en Pirineos, generalmente con intenciones madereras u ornamentales, proviniendo en general de Europa o de Norteamérica. Realmente las únicas bonitas son quizás los alerces, que cambian de color en otoño. 

Alerce europeo (Larix decidua). 

Hay que reconocer que la especie es muy fotogénica en otoño. 

Alerces en Navarra. En verano no son tan bonitos. 

Pinos exóticos que no llegué a identificar. 

Más pinos foráneos en el Puerto de Urkiaga. 

Cedros replantados en Les Alberes franceses. Ni que fuera el Atlas...


Encinas y alcornoques. 

Se trata de especies que aportan una gran biodiversidad, al proporcionar alimento con sus bellotas a multitud de especies de aves y mamíferos. Están muy bien adaptadas a la sequía y los incendios, especialmente los alcornoques, gracias al corcho de su corteza. Son más frecuentes en los estratos bajos del Pirineo, aunque en el caso de las encinas alcanzan cotas bastante elevadas en la vertiente Sur del Pirineo.  Los alcornoques están limitados a las zonas bajas y más orientales del Pirineo de Girona.  

Encina ó alsina (Quercus ilex) en Les Alberes. 

Detalle de las inforescencias. 

Hojas de encina a contraluz. 

ARP entre alcornoques ó alsines sureres (Quercus suber) llegando a El Pertús. 

Aquí vemos como se aprovecha el corcho. 

Robles y hayas. 

Son las especies que forman mayoritariamente en los Pirineos los bosques de hoja caduca. Son bosques majestuosos, que en otoño alcanzan su máxima belleza. En el caso de los robles, arboles sagrados en muchas mitologías, simbolizan la robustez. Es fácil de entender cuando contemplamos sus ramas gruesas y retorcidas, resistiendo lluvias, nieves y vientos. Empezamos por las dos especies que pude identificar durante la ARP. 

Roble albar o roure de fulla gran (Quercus petraea). 

Detalle de las hojas del roble albar en otoño. 

Roble pedunculado, carballo o aritza (Quercus ruber). 

Las hayas (Fagus selvatica) son especialmente fotogénicas, a pesar de que son bosques con poca biodiversidad. La sombra que proyectan es tan espesa que poco crece debajo de ella. Buscan siempre las vertientes más húmedas y en el Pirineo Atlántico llegan hasta los prados alpinos, casi usurpando este papel al pino negro. 

Al Sur el pino negro coloniza los estratos más elevados. Al Norte las nubes invaden las alturas. 

Y es en estas vertientes Norte donde las hayas escalan hasta las cotas más altas. 

En Les Alberes los hayedos están a escasos 6 Km en línea recta del Mar Mediterráneo. 

Vamos ahora con una selección de fotos de hayedos. He tenido que sacar la tijera, por así decirlo, porque tenía muchísimas fotos durante la ARP. De la selección original os pongo las que me han parecido más bonitas. Especialmente lo son las del Pirineo Navarro, aunque me sorprendió también el porte y belleza de los hayedos de Les Alberes. 





















Detalle de los hayucos, frutos del haya, parecidos a pequeñas castañas. 


Otros arboles caducifolios. 

Incluiremos aquí una miscelánea de árboles de hoja caduca, sin incluir a los árboles de la riberas de los ríos. Vereís que tengo especial predilección por los abedules ó bedolls (Betula pendula), uno de mis árboles fetiche. Me encantas sus troncos en blanco y negro y la fragilidad de sus pequeñas hojas temblando en el viento. Además tienen un importante papel para fijar las tarteras en la alta montaña. 

Una sinfonía de colores. 

Alegrando las laderas. 

Colonizando los roquedos. 

Empezamos por los abedules. Como con las hayas he tenido que hacer una selección de imágenes. Puede llegar a formar bosques, especialmente bonitos cuando lo hace en terreno llano, como en el Norte de Europa. Entonces siempre me acuerdo de la película Los Abedules, del polaco Andrew Wadja, rodada en un expresivo blanco y negro.  







Curioso abedul-bonsai. 

En ocasiones, al caminar en la ARP, tropezamos con algunos rodales de castaños o castanys (Castanea sativa), en general replantados. Sus hojas son de lo más bonito y sus frutos me encantan. Una docena de castañas acompañadas de un vino dulce o ratafía es de los mejores placeres otoñales que podemos darnos o compartir. 

Caminando entre castaños. 

Sus troncos llegan a ser monumentales. 

Otro ejemplo de ello. 

Detalle de sus hojas. 

Acabamos esta sección con uno de los árboles más bonitos, tanto por su rutilante color en otoño como por lo bonito de sus racimos de frutos, muy útiles en otoño a muchos animales. Se trata del serbal de cazadores ó moixera de guilla (Sorbus aucuparia). Curiosamente, como los tejos, suele crecer aislado. Aquí lo vemos en su escala de colores. 





Arboles de riberas. 

Especialmente importantes son aquellos árboles que crecen alrededor de los cauces de agua. Tienen un importante papel para fijar los márgenes de los ríos y evitar riadas, especialmente en el caso del aliso o vern. Otros nos señalan desde la distancia dónde hay agua o hay un cauce fluvial, como los chopos. Son de hoja caduca y nos alegran con sus colores en otoño. 

Ribera de un río en otoño. 

Aliso o vern (Alnus glutinosa), con una magnifica fuente a su lado.  
Sus raíces tienen que estar siempre empapadas de agua. 

Alamos, om blanc (Populus alba). 

Los esbeltos chopos o pollancres (Populus nigra). 

Hojas de olmo o om (Ulmus gabra) parasitadas por un hongo, supongo.  

No son estrictamente árboles de ribera, pero los avellanos 
(Corylus avellana) necesitan bastante agua. 


Arbustos y matorrales. 

Son plantas que no han merecido la categoría de árboles, aunque a veces alcancen un buen tamaño. De hecho la distinción entre árbol y arbusto a veces es bastante arbitraria. Constituyen algunas de las especies más bonitas y emblemáticas.  Empezaremos por la alta montaña, tapizada por los rodoendros o neret (Rhodoendron ferrugineum) y por los piornales o bàlec (Genista balansae), tiñiendo las laderas de rojo y amarillo, respectivamente. En ocasiones coinciden, como podeís ver en las siguientes imágenes. Soportan la nieve gran parte del año y florecen en cuanto se funden. 




El rodoendro es en realidad una azalea, como las que compramos en Navidad. Crece mejor en suelos graníticos. Es un arbusto con una gran capacidad para colonizar y fijar las tarteras, contribuyendo a que otras especies luego se instalen en tan inhóspito territorio. En Junio y Julio florece esplendoroso y ver las laderas tapizadas de ese color fucsia es una de las maravillas de los Pirineos. 

Ladera con rodoendros en la Vall del Cadí, Canigó. 

Fijaros como otras plantas crecen entre los rodoendros. Debajo había una tartera. 

Detalle de la flor, en este caso de un tono más bien rojizo. 

Éste sería el color más auténtico de esta azalea salvaje y montaraz. 

Otro espectáculo pirenaico es ver las laderas tapizados de los acres (por el olor) piornos, teñidas de un poderoso amarillo que casi daña la vista. Sólo echo de menos que, a diferencia de las laderas de Gredos y de la Cordillera Cantábrica, no estén ocupadas por una de las aves más bonitas de la península, el pechiazul. Aunque lo foto no sea de la ARP os pongo una imagen de un colega asturiano, Abel Fernández. 

Ladera con piornales en el Pallars Sobirà. 

En este caso en la Vall de Cadí, en el macizo del Canigó. 

Ahora subiendo a la Pica del Canigó. 

Un amarillo rutilante. 

Piorno-bonsai. Esincreíble donde ha crecido, casi sin sustrato. 

Pechiazul en Picos de Europa (Luscinia svecica). 


Algo similar a los piornos es la retama o ginesta (Cytisus spp) que encontramos en Pirineos en cotas bastante más bajas. Al no estar chafada por la nieve suele ser más arbustiva y alta, con un amarillo muy similar. Sus ramas se han utilizado tradicionalmente para hacer escobas y secas son un combustible excelente. 

Retamas en Les Salines. 

Colonizando agrestes laderas en el Sallafort. 

Detalle de sus vainas a contraluz. 

Otro de los matorrales que me encantan son los brezos (Calluna spp).  En los Pirineos Centrales y Orientales tienen pequeñas flores de color morado o lila, pero en el Pirineo Navarro y en Cabo Híguer me sorprendieron sus tonos multicolores: rojos, rosados, blancos. En ocasiones tapizaban extensas laderas, con imágenes de los más fotogénico. 

Laderas rosadas por los brezos. 

Otra ladera en el Pirineo Navarro. 

Festival de colores. 

Aquí predominan los tonos rosados. 

Una maravilla caminar entre este colorido. 

Brezo en el Pirineo Catalán, más soso, por así decirlo. 

Cómo no, presentes en el final de la ARP, en Cabo Híguer. 

También hay brezos en el pirineo más mediterráneo. En este caso creo que es Erica arborea

Otro matorral, más bajo y ralo, aunque muy útil dados sus comestibles frutos, es el arándano o nabiu (Vaccinium myrtillus). Personalmente me encantan y siempre que los veía aprovechaba para comer sus pequeños frutos.  Además son de lo más fotogénicos en otoño, cuando cambian de color y se tiñen de un rojo intenso. 

Son realmente una planta muy llamativa y bonita. 

Emergiendo entre los rodoendros. 

Otro arbusto que me encanta, especialmente cuando florece y se llena de flores blancas, es el majuelo, espino albar o arç blanc (Crataegus monogyna). También es muy bonito en Otoño, lleno de sus rojos, pequeños y comestibles frutos, con un gusto que recuerda a la manzana. Ahí van algunas imágenes. 

Caminando entre majuelos. 

Detalle de las flores del majuelo. 


Acabo esta sección con una miscelánea de otros arbustos. Comentar que no vimos (seguramente no nos dimos cuenta) algunos muy representativos de Pirineos, como el endrino, pacharán o aranyoner (con el que se hace un conocido licor espirituoso) o el piruétano o perelloner, ancestro de nuestros perales. 

Juniperus spp. 

Madroño o arboç (Arbutus unedo). A veces tiene porte de árbol. 

Rosal silvestre, escaramujo o rosa mosqueta (Rosa canina). 


Flores y plantas de bosques

Menos abundantes y visibles que las flores de los prados, algunas de ellas tienen un esplendor y belleza especiales. El bosque las oculta y ampara y debemos estar atentos en tiempo y lugar, porque  frecuentemente brotan de golpe y florecen durante unas pocas semanas. Es esta escasez la que les da su singular belleza. Algunas se me han escapado por ello en esta ARP, como el delicado y fugaz Galanthus nivalis o las escilas de los hayedos.  Empezamos por la medicinal dedalera o digital (Digitalis purpúrea), utilizada como estimulante cardíaco desde tiempos ancestrales por las curanderas y en Medicina desde el Siglo XIX. 






Una planta muy curiosa por su flores y frutos es el aro comúm (Arum italicum). No la he pillado en flor, pero lo que es muy llamativo son sus frutos, de un colorido que llama mucho la atención en la espesura del bosque. 




Otra de las flores que siempre me han encantado son las prímulas (Prímula spp). En pleno invierno en ocasiones, o recién fundidas las nieves cuando aparece en prados alpinos, son de las primeras plantas en florecer. Por eso se llaman así. En general tienen un color amarillo, pero en la vertiente francesa del Canigó ví una curiosa variedad de color lila, aún más bonita. 




Otra de mis flores-fetiche es la aguileña o corniol pirinenc (Aquilegia pyrenaica).  Se trata de un género bastante numeroso, con unas flores muy curiosas, de un lila muy intenso, que llaman mucho la atención en el bosque. 




Sin duda una de las flores más bonitas que podemos ver en nuestras montañas más queridas es el lirio pirenaico o marcòlic grog (Lilium pyrenaicum). Es una planta que se ve raramente (yo sólo la he visto un par de veces) y quizás por ello su belleza es tan apreciada. De hecho es el símbolo de la Vall de Núria.



Acabo este apartado con una miscelánea de otras flores más propias de bosques, aunque en algunos casos su inclusión podría ser bastante arbitraria. Es el caso, por ejemplo, del epilobio, que suele aparecer en los márgenes de las pistas forestales, en general en zonas más bien frescas y sombreadas. 

Epilobio ó epilobi de fulla estreta (Epilobium angustifolium). 

Guixó grog (Lathyrus laevigatus). 

Campanula spp. 

Asystasia gangética. Es una especie alóctona. 

Trébol (Trifolium spp.). 


Orquídeas

La mayor parte de las personas creen que las orquídeas son flores exóticas, que se adquieren en una floristería y viven en la selva. Afortunadamente tenemos en la Península y en Pirineos multitud de especies, mas pequeñas, pero no por ello menos bonitas. Lo pequeño es hermoso, o, como decimos los catalanes, en el pot petit està la bona confitura (En el pote pequeño está la buena confitura). También es cierto que está el veneno más letal. 

Orchis socarrat (Orchis ustulata). 

Orchis sambucí (Dactylorhiza sambucina). 

Orchis blanc (Pseudorchis albida). 

Platanthera chlorantha.

Orquídea tacada (Dactylorhiza maculata). 

Detalle de la orquídea tacada

Orchis magenc (Dactylorhiza majalis). 

Orchis laxiflor (Orchis laxiflora). 


Plantas de ambientes húmedos

Constituyen algunas de las especies más curiosas, características y en ocasiones escasas de los Pirineos. A este grupo pertenecen dos de las plantas "carnívoras" de la península, aunque una de ellas no la llegamos a ver por falta de tiempo, ya que es muy pequeña y hay que buscarla con mucho ahínco en las turberas.  Se trata de la drosera. En este apartado incluimos flores de lagos alpinos, turberas y zonas encharcadas. 





Ya he comentado que en Pirineos también hay plantas carnívoras, aunque no son como las de las películas de ciencia ficción. La más fácil de ver es la grasilla, viola d'aigua ó mokobedar en euskera (Pinguicula grandiflora). Siempre en pequeños manantiales con agua, a sus hojas pegajosas se enganchan pequeños insectos, que aportan nutrientes a esta planta carnívora

Siempre en ambientes empapados de agua. 

Los puntitos en las hojas son insectos enganchados. 

Otra de las plantas que me encantan, típica de las zonas encharcadas de la tundra ártica, pero presente también en las cotas altas de Pirineos, es la cotonera de fulla estreta (Eriophorum angustifolium). Ver sus flores blancas, como bolas de algodón, es uno de esos pequeños placeres para los que hay que caminar un poquito. 

Esto es el equivalente altitudinal en Pirineos de la tundra ártica. 

No me digaís que no es una maravilla. 

Curiosas y en ocasiones muy escasas son las plantas que colonizan los lagos alpinos, excepto los situados a mucha altura, especialmente cuando se empiezan a colmatar. La más común es Sparganium angustifolium. Sus imágenes son muy fotogénicas a contraluz y está asociado a una especie concreta de libélula del género Aeshna. En la última imagen se aprecian sus curiosas flores. 






Para finalizar, otra miscelánea de flores que viven en ambientes encharcados, aunque en algun caso de nuevo la clasificación vuelve a ser un poco arbitraria, como en el caso de la manzanilla, que siempre he encontrado junto al agua, pero que también puede aparecer en prados húmedos o en márgenes. 

Botón de Oro ó botó d'or (Ranunculus repens). 

Berro de prado ó creixen de prat (Cardamine pratensis). 

Manzanilla bastarda (Anthemis arvensis). 


Flores mediterráneas. 

Aunque la ARP suele transcurrir en altitud, casi siempre por encima de los 2000 metros, hasta llegar al Canigó frecuentemente discurre por debajo de los 1000 metros, en ocasiones alrededor de 500 metros, por lo que tenemos la oportunidad de contemplar diversas planta mediterráneas, muchas de ellas clasificables en el grupo de las plantas aromáticas. 

 La imagen ilustra perfectamente el matorral mediterráneo:
 jaras de dos tipos, cantuesos y tomillo. 

Empezaremos por las jaras, que quizás sean el mejor exponente de lo que es una planta mediterránea. La primera etapa de la ARP fué un auténtico festival de jaras, que además pillamos en plena floración. Pudimos ver al menos dos especies, en algunas ocasiones formando curiosas figuras. 

Jaguarzo o estepa negra (Cistus monspeliensis). 

Precioso matorral de jaguarzos que parece un animal recostado. 

Jara blanca o estepa (Cistus albidus). 

Detalle de le planta, ya florecida, que más parece una planta de rocalla. 

Una aromática muy bonita es el c
antueso o tomaní o cap d'ase (Lavandula stoechas). Huelen muy bien y, de hecho, es la base de un licor de hierbas que se hace en el País Valencià, en Alacant, que se llama precisamente cantueso, al ser su ingrediente principal. Vamos con algunas imágenes de esa bella y útil planta mediterránea. 



Siguiendo con las planta aromáticas, veremos a continuación las que seguramente son las dos por excelencia de esta ARP. Nos referimos por supuesto al tomillo, farigola o timó en catalán (Timus officinalis) y al sèrpol (Thymus politrichus). El primero ocupa los estratos más bajos y soleados de las laderas del Pirineo Oriental y el segundo lo podemos encontrar , ya a mayor altura, en casi todo el Pirineo. 

 Magnífica mata de tomillo en Les Alberes. 

 El sèrpol lo encontramos en el resto de casi todo el Pirineo. 

Completaremos el resto de la flora mediterránea con algunas otras especies, no tan aromáticas, pero si al menos interesantes. Algunas de ellas tienen diversas aplicaciones en la medicina popular, aunque si buscamos a casi todas las plantas se les atribuye un poder curativo. 

Siempreviva ó manzanilla borde ó perpetua borda (Helichrysum stoechas). 

Pues sí...son chumberas en la ARP, nada más salir de Portbou claro. 

Letrechezna o llerca (Euphorbia nicaeensis). Su latex es 
queratolítico y puede usarse para eliminar verrugas. 


Flores de prados

Grupo muy numeroso y clasificable en muchos apartados: prados de siega, prados de alta montaña, flores de los márgenes de los prados...Son quizás las flores que mejor representan la esencia de las flores de Pirineos. Contemplar un prado de siega, lleno de decenas de flores diferentes, con distintos colores y tonalidades dulcifica el camino tras descender de las crestas y las tarteras.  Empezamos con algunas imágenes de los maravillosos prados alpinos. 







Empezamos con una de las plantas más bonitas y, sobre todo cambiantes en aspecto a lo largo del año. Se trata de la flor del vent. Crece en los prados altos, cubiertos gran parte del año por la nieve. Apenas se funde, ya aparecen las flores, en ocasiones en grandes cantidades, Cuesta creer por las imágenes que vereís que es la misma planta. Ordenaré las fotos de primavera a otoño. 

Pulsatil.la pirinenca (Pulsatilla vernalis) en primavera. 

Aspecto tras la floración, ya en verano. 

En otoño con el rocío matutino. 

Pulsatilla alpina, con las flores amarillas. 

Otra flor muy bonita es el lirio del Pirineo (Iris latiforia). En ocasiones florece ocupando las laderas, tiñiéndolas de ese color lila tan llamativo. En los alrededores del refugio de Linza tuvimos ocasión de ver este gran espectáculo de la naturaleza. Ahí va una selección de imágenes . 






Continuamos con una planta que se encuentra no sólo en alta montaña sino también en media montaña, como por ejemplo en Els Ports. En castellano tiene además un nombre precioso: es el asfódelo, gamón o porrassa (Asphodeus albus). Como los lirios, a veces ocupa laderas enteras. 




Sin duda una de las flores de montaña más bonita es el narciso. Tuvimos la suerte de ver muy bien 3 especies de las más bonitas, en alguna ocasión tapizando las laderas de manera temprana, apenas la nieve se ha fundido, como las prímulas y las pulsatillas. Recuerdo sobre todo los alrededores del refugio de Airoto. 

Narcis de muntanya (Narcissus pseudonarcissus) , en Bujaruelo.  

La misma especie en Airoto, en el Pallars. 

Detalle de las flores del Narcissus pseudonarcissus. 

Narcissus bicolor. En la imagen queda claro el porqué. 

Narcissus moschatus, camino de la Brecha de Rolando. 

Un género especialmente abundante es el de las gencianas. Incluye a especies con un cierto porte, como la genciana de Burser y la genciana amarilla, que llegan a medir más de un metro de alto, y a especies más rastreras, que apenas sobresalen una decena de centímetros de los prados. Son muy bonitas y en algunos casos útiles, ya que su raíz es uno de los ingredientes del vermouth. 

Prado con gencianas amarillas o gencianes grogues (Gentiana lutea) al final del verano. 

Es una planta de buen porte y tamaño- 

Detalle de sus inforescencias. 

Genciana de Burser (Gentiana burseri). 

La flor me parece más bonita que la de la genciana amarilla. 

La más pequeña genciana campestre (Gentiana campestris). 

Detalle de sus flores. 

Genciana de primavera (Gentiana verna). 

Vamos ahora con una selección de plantas tóxicas de los prados. Con anterioridad ya hemos comentado a la dedalera o digital, que, al menos, tiene propiedades medicinales. Las siguientes no tienen aplicación práctica y, de hecho, fijaros que las vacas no se las comen en los prados. Son más listas de lo que parecen. Empezamos con los acónitos, llamados matalobos en muchas regiones de España. El nombre lo dice todo: mataba hasta al más maligno de los animales del monte. 

Tora blava (Aconitum napellus). 

Tora pirinenca (Aconitum vulparia). 

Veladre (Veratrum album). Las hojas se 
parecen a las de las gencianas. 


Una de las plantas más bonitas que adornas los prados en otoño es el azafrán o safrà de muntanya. Seguramente casi todas las imágenes corresponden a Crocus vernus. No tiene el valor como condimento del azafrán, pero la belleza de sus flores es innegable. Ahí va una selección de imágenes. 






Aunque muchas personas consideran a los cardos poco atractivos, quizás por sus espinoso aspecto, lo cierto es que estas espinas no son sino para defenderse. Otras plantas lo hacen con veneno. De hecho algunas de las especies son especialmente llamativas, son incluso la flor nacional de un país (Escocia) y hasta nos protegen de los malos espíritus. Reivindiquemos pues a estas denostadas plantas. 

Cardinera (Cardina acaulis). 

Cardo pirenaico o cardo de nevero (Carduus carlinoides). 

Carlina (Carlina cynara). Tradicionalmente, se clavaba una carlina 
en la puerta de las casa para proteger de los malos espíritus. 


Un grupo de flores que compramos en las floristerías con frecuencia son los claveles. Como otras muchas, tiene su equivalente en la rica y variada flora pirenaica. Creo que todas las imágenes pertenecen a la especie llamada en catalán clavell de pastor (Dianthus deltoides). Es un placer especial ver en Pirineos a estas pequeñas flores, quizás ancestros de las cultivadas. 




Acabamos esta numerosa sección de flores de los prados con una miscelánea de especies. Alguna de ellas posiblemente se podría clasificar en otros apartados de manera más correcta.  Muchas de ellas son de márgenes sombreados, pero con luz. No obstante ya os he comentado que mi clasificación es arbitraria y, posiblemente, errónea en muchos aspectos por mis limitados conocimientos botánicos.  

Verónica con el rocío matutino (Verónica spp.). 

Tragopon spp. Es realmente muy bonita. 

De nuevo el ancestro de nuestros familiares pensamientos 
(Viola tricolor). Más pequeños pero igual de bonitos. 

Otra confesión más: me encantan las malvas (Malva sylvestris). 
Además sus flores son comestibles e infusionables. 

Otra planta común y muy útil: hipérico o Hierba de San Juan (Hipericum 
perforetum). Tiene un efecto antidepresivo. similar en potencia a 
fármacos modernos y bien documentado en ensayos clínicos. 

Si os fijaís bien en las hojas es un geranio de los prados alpinos (Geranium cinereum). 

Diente de perro ó dent de gos (Erythronium dens-canis). 

Colleja o colitx (Silene vulgaris). Sus brotes tiernos son un 
excelente comestible. A mi me encantan en tortilla. 

Cariofilada centroeuropea (Geum reptans). 

Boca de dragón o conillet (Anthirrimum majus). 

Siempre me han encantado estas inforescencias. Desconozco la especie. 

Margarita (Bellis perennis). 

Talictro (Thalictrum aquilegiifolium). 

Achicoria o xicoira (Cichorium intybus). 

Armeria alpina. 

Aster spp. 


Plantas de roquedos, rocallas y otras plantas.

Son otra de mis debilidades. Confieso que estoy lleno de ellas. Siempre me ha parecido increíble cómo se aferran a tan escasos sustratos para, a pesar de todo, florecer espléndidamente de estación en estación.  Un monumento a la perseverancia y el tesón. Cómo no emocionarse al ver un cojín de Silene en lo alto de un pico o las delicadas flores de las campánulas en medio del roquedo. Empezamos con el crespinell (Sedum brevifolium). Creo que es la planta nutricia de la mariposa apolo.  




Otra planta rupícula que encuentro muy bonita es la silene musgo ó patacs (Silene acaulis). Alcanza las más elevadas cimas de Pirineos, formando mullidos cojines, muy llamativos cuando están florecidos. Una alegría cuando caminamos entre agrestes cresteríos. 



También especialmente tenaz, sobreviviendo entre los muros y en los roquedos es la siempreviva ó matafoc de muntanya (Sempervivum montanum). Tan bonitas son sus hojas como sus ramilletes de flores cuando florece. 




Quizás no tan espectaculares son las saxífragas. Las dos primeras fotos creo que son de una saxífraga briode (Saxífraga bryoies), con flores más amarillentas. La segunda la dejaremos en Saxífraga spp





Acabamos esta sección con una míscelánea de flores rupícolas. Varias de ellas a más de 2700-2800 m de altura, en ocasiones en crestas o en tarteras recién descongeladas y en algunos casos bellísimas, o al menos a mi me lo parecen. 

Dedal de hadas (Campanula cochleariifolia). 

Adenostyles spp. 

Doronicum grandiflorum. 

Senecio ó herba blanca (Senecio leucophyllus). 

Ombligo de Venus o barretets (Umbilicus rupestris). 

Peu de Crist (Alchemila alpina). 

Trifolium stellatum. 

Linaria alpina. 





Indice de etapas y anexos


Pirineo Oriental























Pirineo Central


















Pirineo Occidental










Apéndices











Entrada Final. 













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